En Semana Santa ya había decidido que mi próximo destino sería
Senegal, y la sensación de que iría allí era tan fuerte que comencé a
escribir sobre ello como si la oportunidad ya hubiera llegado. Sumida en el
silencio de mi casa dans mon petit villaje, escribí mi
primer post en este blog, cuatro meses antes de saber que la idea de vivir en
Senegal se materializaría de esta manera. Alguna parte de mí que todavía no
conozco, debió adivinarlo y otra mucho más familiar lo escribió así:
“Habiéndome dejado abandonar por la última opción verosímil en
perspectiva, decidí apartar el último atisbo de coherencia y buscar aquello que
resultara lo opuesto a lo evidente. El camino por el que quería regresar a Perú
se había truncado y en vez de buscar otros que me llevaran en la misma
dirección, simplemente di una vuelta y cambié de destino. Si me preguntaran
porqué me fui de España esta vez, nunca diría que para encontrar un trabajo
mejor, ni tan siquiera un trabajo para poder vivir como querría. Esta vez me
fui por una cuestión de supervivencia emocional, pero por encima de todo, me
marché porque podía hacerlo. No tuve que luchar por encontrar las condiciones
porque las condiciones ya estaban ahí, estaba mi intención acompañando a
mi deseo, tenía el dinero para comprar el billete y alguien me dijo: “ven” Así
que de la noche a la mañana toda esa historia de emigrar a África me pareció
tan real como lo fue una vez aquella de marcharme a Perú.
Esperaba más resistencia por parte de mi ya de por sí sensible
sistema nervioso, pero las semanas anteriores a mi partida, ningún miedo lo
alteró tanto como para dudar de la aventura que emprendía. Entonces, compré
guías y revistas sobre Senegal como ya hiciera con mis viajes a Perú y a
Bélgica y empecé a adaptarme a Dakar, a interiorizar sus costumbres y la que
iba a ser mi forma de vida a través de videos, fotos y todas esas cosas que te
permiten vivir en un país mucho antes de haber llegado a él.
Me pregunto cómo será arribar a un país del que no sabes nada
previamente, que impresiones causará en tu mente y a que partes de tu cuerpo
afectarán…”
Aquí interrumpí mi escrito, no recuerdo bien por qué, supongo que
me cansé. Pero esas pocas palabras tiene mucho sentido porque poco
después ocurrió todo tal y como lo había imaginado. Como si alguna parte de mí lo
hubiera adivinado...
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