domingo, 7 de diciembre de 2014

Polvo y arena

Estaba deseando, impaciente, el fin del calor en Dakar, actuando y pensando como si lo que vendría después fuera a ser mejor.

Solíamos quejarnos cada día de lo difícil y agotador que era trabajar con esa humedad y elegíamos no salir, ni andar demasiado pasando nuestras horas libres muy cerquita del ventilador.

Los días de playa acababan siendo más cansados que correr una maratón y siempre nos quemábamos sin quererlo. 
Es difícil calcular los efectos del calor sobre tu piel, cuando el sudor la refresca continuamente.

 Pero de pronto llega un día en el que tu piel deja de estar húmeda, la cesta de la ropa para lavar de esa semana disminuye notablemente, y ya no tienes que comprar dos botellas de 10 litros en una semana para beber. Una mañana ves que los niños andan camino del colegio con jerséis, algo que te parece excesivo y te ríes, y sientes muy claramente algo así como el bienestar de los primeros días del otoño europeo. Antes de salir por la noche coges un fular "por si acaso" y cuando caminas por la calle buscando un taxi, el viento te descoloca el pelo que tanto te había costado domar.
Pero el cambio se hace del todo evidente cuando un día abres la puerta del comedor y lo encuentras lleno de la misma arena que colorea  tu calle. El invierno ha llegado y con él la poussière et le sable.

 Durante tres semanas no paras de toser, siendo las noches especialmente difíciles. Te despiertas sintiendo el sabor de la arena en la nariz y en la garganta. 
" A mi me pasa cada años por estas fechas desde que vivo aquí y me dura meses". Me dice una amiga. "Alguien me explicó que el clima de Dakar es muy particular y se producen unas corrientes que traen arena y polvo de todas partes, con todos los bichitos y microbios dentro que te puedas imaginar. Y en este barrio ya sabes que las calles son de arena y además hay muchas obras, lo que hace que la arena entra hasta nuestras casa"

Y se meta en cada rincón de ella. Mi piso es prácticamente el único terminado de mi calle, todos los demás están en semi construcción. El ruido de las obras no me molesta porque el subdesarrollo de este país hace que no se usen máquinas. Puedo asegurar que se oyen más los aparatos radiofónicos que los obreros usan para entretenerse, que los golpes de sus paletas. Pero las obras y la llegada de camiones con materiales de construcción hacen que la arena y el cemento se acumulen a lo largo de toda la calle.







El resultado en el interior de mi hogar es, arena en el suelo, arena  en puertas y paredes, arena  en la ropa puesta a secar, arena en las ventanas, arena en las mosquiteras, en el sofá, en los manteles, en la cama, en mi pelo, en mi nariz y en mis pulmones. 
Recuerdo que una de las cosas que más me llamó la atención el año pasado  es el número tan elevado de niños que encontré con problemas de asma y otros problemas respiratorios. Dakar es una ciudad extremadamente sucia con una gran diferencia entre los pocos barrios de clase alta y el resto de barrios populares. El mio, Ouakam, se encuentra entre estos últimos y mi casa está cerca de una arteria principal llena de comercios. Hace un mes decidieron "arreglarla" a la senegalesa, es decir, con fecha de inicio pero incierta fecha final. Han quitado las piedras y allanado el terreno lo que no es poco, pero han dejado una capa de arena roja que se te pega hasta en el alma. Estoy obligada a recorrerla todos los días para llegar a mi trabajo, recorrido que tan sólo dura 5 pero que tiñe mis pies y zapatos. En este recorrido diario, me molesta el tramo en el que obligada a ir por los laterales de la carretera, mis pies sufren las dificultades de avanzar sobre esta arena del desierto. Llegar  al final del día a mi portal y desprenderme de mis zapatos antes de entrar en casa, es una de las cosas que más me relajan, y tirar toda la arena acumulada en ellos por el balcón  se ha convertido en un ritual.











Viendo la arena que saco cada día de mis zapatos me estoy planteando usar en mi provecho esta naturaleza  salvaje e incontenida y empezar un curso on line de "escultura arenil" para desarrollar mi creatividad y hacer negocio. Es eso, o estar siempre enfadada con esta intrusa que me quita tiempo en hacerla desaparecer  de mi vista.

Estoy envuelta de una nube de polvo y arena aquí sí, y sé no es lo mejor para la salud, pero no me preocupa. Últimamente he visto demasiado las noticias y me he dado cuenta de que  la nube de decadencia moral que planea por Europa es más peligrosa  y mortal que todo el polvo, calor y pobreza del desierto africano.Tened cuidado.








Ouakam, desde mi terraza