martes, 29 de octubre de 2013

Encuentros

Detrás de estas imágenes hay una historia



Mi vida. Cómo sería mi vida si hubiera nacido en otro país y en otra casa, si fuera otra mi lengua, mis padres otros y otra mi forma de amar.

Cómo sería mi mente, si esta hubiera sido moldeada por el Islam, con que vestidos cubriría hoy mi cuerpo y que es lo que no haría para sentirme mejor.

Y su vida, como sería su vida si hubiera nacido en otro barrio, siendo sus padres otros, ninguna su religión, pero igual su talento. 

Me pregunté esto sobre tantas personas en tanto lugares del mundo...

Personas que me dejaron entrar en sus casas sin preguntarme de dónde venía mientras yo lo juzgaba todo subida en mi escalón. Porque siempre parecía haber una situación sobre la que opinar.

Y en esos lugares conocí a gente con cualidades extraordinarias, personas buenas con pocas oportunidades. Personas a las que nunca conoceréis. Me senté con ellas un rato y luego me fui pensando en lo injusto de sus "desafortunadas circunstancias". Hoy siguen en mi memoria y en mi alma.

Pero esas historias no se acaban, pues en cada lugar en el que habito sigo encontrándome con ellas. Personas geniales, creativas, con ideas que podrían cambia el mundo, pensadores, pintores, músicos, cineastas, escritores, hay tantas mentes creativas soñando con crear, que me parece increíble que  toda nuestra atención esté en las que destruyen.

Y hoy aún en medio de la locura de estos tiempos, no dejo de descubrir a personas con cualidades especiales consternadas por el contexto social en el que viven. Y cómo nacen, mueren sus ideas sin que nadie les preste atención. Es entonces cuando me pregunto, "y su vida, cómo sería si vida si hubiera nacido en otro barrio,siendo sus padres otros..."

Ibou

"Le digo que sí, que ese fin de semana iré a su casa familiar en las afueras y haré fotos de sus cuadros. Entonces todavía no sé que conoceré a su reciente esposa de 17 años, un matrimonio acordado por la familia y realizado justo la noche anterior a mi llegada. Tampoco sé que conoceré a su hermano mayor y que le prometeré ayudarle a vender en España sus camisas de diseños estampados increíblemente armoniosos a mis ojos, para alguien sin ninguna formación en bellas artes. Me sorprende la manera de mezclar los colores de esta familia de artistas anónimos. La madre aprendió de la abuela la manera de teñir las telas blancas con la pureza de las tinturas africanas, y los hijos cada uno a su manera eligió un soporte para manifestar este saber.

Yendo de habitación en habitación, me siento como un pequeño museo de arte africano. Regaño a mi amigo por el estado de muchos de sus cuadros, los cuales se deshacen en algunos de los rincones más oscuros de la casa, sé que muchos no saldrán ahí jamás, ahí fueron concebidos y ahí se perderán. 

Las mujeres cocinan mientras Ibou me lleva a su habitación. Ibou, "el buen musulmán" que un día dejará de hacer retratos porque está prohibido por su religión  y le da un poco de miedo hacerlos. Ibou, incluso si tu intención es hablar de la pobreza, en los rostros que pintas reflejas sin saberlo tu propio temor. También dejarás de tocar la guitarra me dices, pues el Islam prohibe la música, y sin embargo por esas contradicciones que me hacen sonreír cada día, vienes todos los domingos a  casa para enseñar tocar la guitarra a tu amigo inglés.

Pero ahí está, yo la veo en ti, la naturaleza creativa humana despasando las normas que hemos creado para contenerla. Pura, salvaje, como el amor, como el sexo como la violencia. Eres el ejemplo de que cuántas más prohibiciones tiene una sociedad, más evidentes las artimañas de la gente que vive en ella para sortearlas. Consciente o inconscientemente.

Después de comer me siento sobre el colchón al lado de tu joven mujer, esa a la que apenas conoces. En esa parte de arriba de tu casa a medio construir planeas crear algún día un taller para exponer los cuadro que te da pena vender. ¿Dónde está tu alma de comerciante senegalés Ibou? Incluso a pesar de que nunca estaré de acuerdo con que prohíbas a esa niña de 17 años a la que acabas de desposar, ponerse pantalón vaquero y minifalda, en este momento estoy llena de gratitud hacía tí y tu familia, y enamorada de la genialidad de tu hermano al que me gustaría ayudar.

Y hoy viendo vuestras fotos, no puedo dejar de pensar: "como hubiera sido mi vida si si hubiera nacido en otro país y en otra casa, si fuera otra mi lengua, mis padres otros y otra mi forma de amar"


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El inicio de mi vida en Africa 

1 comentario:

  1. ¡Jooo María! Cómo me gusta que tus ojos y tu alma sean ventanas abiertas al mundo. Ahora me haces comprender más a tu abuelo, a mi padre, cuando lejos de quejarse por su situación, ya ciego, disfrutaba con delectación de todo cuánto le pudiéramos contar de nuestras vidas, de nuestros viajes, de nuestras experiencias, decía que estando ciego había descubierto la suerte de tener muchos más ojos, y mucha más vista, la que le regalábamos todos los demás. Yo no sé cómo habría sido tu vida naciendo con otra familia, otros padres te aseguro que la mía, sin una hja como tú, habría sido mucho más apagada, Gracias por encender cada día esta luz de amor en mi corazón. Un abrazo

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