viernes, 10 de enero de 2014

Recorriendo Senegal.Impresiones I

Senegal es una "basura"


"Check, ¿pero qué haces?" le dije cuando vi que su intención era tirar el pañuelo que acababa de usar por la ventana que daba al patio.  "Que más da, Senegal es un basura" me contesto mi alumno de 17 años. "Puede que Senegal sea una basura" le dije "pero éste colegio no lo es, asi que tira el pañuelo en la papelera". Se levantó para hacer lo que le había pedido mientras que con un levantamiento de hombros insistía: "pero es verdad". 
Continuamos con la clase, pero esa frase y el contexto en la que fue pronunciada se quedaron grabados en mi mente.  Ahora la recuerdo a menudo. Cada vez que tengo que saltar el río de basura que me separa de la parada del autobús, ante las botas y chanclas abandonadas en las rocas de las playas de Gorée o contemplando las latas oxidadas que los niños llenan de arena y agua en la playa.



Quizás he tardado demasiado en hablar de uno de los hechos que más me impactó  cuando llegué a Senegal. Supongo que por aquel entonces, mi cerebro estaba haciendo un esfuerzo demasiado grande seleccionando las cosas más positivas del entorno, para poder amar rapidamente el lugar en el que viviría los siguientes meses. Esa visión positiva sigue predominando, por eso estoy aquí, pero no puedo dejar de ignorar ni sorprenderme por uno de los grandes y evidentes males de este país :La suciedad exterior.

Y remarco "exterior" porque he tenido la oportunidad de entrar en muchas casas habitadas por senegaleses de diferentes clases sociales, las cuales me han parecido siempre impecables, igual que la gente que habitaba en ellas. Esta limpieza, llena de buenos olores, contrasta fuertemente con las calles de cualquiera de los barrios populares de Dakar. Pensé que sería un problema de las urbes, las aglomeraciones humanas suelen conllevar kilos de incontrolable basura diaria, pero me equivoqué. cespués de diez días viajando por este país, puedo decir que la falta de limpieza en las calles, en las playas y en el campo es la regla general. Un grave problema al que no parece que se le de ninguna importancia.  En mi viaje pude ver preciosos  hospitales y centros de salud inanciados por la cooperación extranjera, en pueblos llenos de basura, dónde los niños hacían de ella sus juguetes.

(¡Y en las entradas y salidas de los pueblos! basura por ambos lados, en su mayoría plásticos que no se degradarán jamás.Y mucho más allá, dónde parecía que ya no había vida, seguíamos viendo bolsas y botellas, cubos y recipientes de todas clases y colores. Y la frase de mi alumno repitiéndose en mi cabeza como música de fondo.Será dificil olvidar el choque de ver tanta cantidad de objetos inútiles y sucios  en las presciosas playas del parque de la Langue de Barbarie, una zona que vive especialmente del turismo y que fue declarada zona por la UNESCO por su variada fauna y flora. En los encantadores pueblitos de alrededor por los que con tanto placer caminé pude observar como sus habitantes habían hecho de las partes traseras de sus casas verdaderos vertederos.)


Educación, cultura, nivel sociocultural, gobiernos, todos son responsables de este desastre, aunque según con quien hables la balanza se inclina hacía un lado o hacía otro.

Es difícil de entender en un país que ha recibido y recibe millones de euros en ayudas del exterior, como  la recogida de basuras no es un proyecto proritario.  No hay papeleras ni contenedores en las calles de Dakar ¿lo he dicho ya? y al poco tiempo de vivir aquí, aprendí que una de las cosas que siempre debes llevar en el bolso si estas fuera todo el día, es precisamente una bolsa de basura, pues puedes encontrar situaciones dónde la necesites y no encuentres ninguna cerca.
Isla de Gorée
Es increíble lo habituada que está la gente a esta realidad, no les gusta, pero tampoco se quejan. La primera vez que una mujer sentada a mi lado en el autobús, me pidió que tirara una botella de plástico por la ventana  yo no lo podía creer, le dije que no, que la tirara mejor en su casa y me miró tan sorprendida como yo la había mirado a ella ante su petición.

 ¿Es la gente sucia en Senegal? NO. ¿Están mal acostumbrados? sí, ¿Existe un sistema de recogida de basuras y limpieza de calles efectivo? no. En Siné Saloum, una región de manglares a 4 horas de Dakar, el pueblo en el que me alojé, estaba limpio en comparación con aquellos que acababa de dejar en  Saint Louis. Preguntando me enteré de que todas las semanas los habitantes se organizaban para hacer batidas de limpieza. En Dakar, el camión de la basura pasa diariamente por delante de mi casa. Tocando la bocina nos anuncia su llegada, es el momento de bajar las bolsas, pero si pasan dos o tres días sin que lo puedas hacer, tendrás que guardar tu basura hasta una mejor ocasión, pues no hay contenedores en las calles dónde dejarlas. 

No me gusta verla, pero esa basura ahí tirada, tan evidente a mis ojos, me habla de lo que somos y de lo que seremos. No es un problema de este país, es la manera de ser y de existir de los humanos en el mundo. Tiramos a la tierra mucho más de lo que ésta puede reciclar y absorver. Consumimos cantidades infinitamente superiores de aquello que necesitamos para sobrevivir, y se dan paradojas como la que viví en mi viaje cuando hablando con una pareja de suizos que habían viajado por diferentes países africanos me dijeron: 
"Aquí en Senegal estamos viendo mucha basura, pero en lugares como Madagascar no vimos ninguna" 
"¿En serio? ¿tienen un sistema de limpieza allí?" 
"no, la gente es tan pobre que lo recicla absolutamente todo"




1 comentario:

  1. Qué contrastes tan fuertes ¿verdad María? pero mira es importante poder conocer por medio de todas las personas que viajáis y observáis el mundo cómo funciona este, principalmente para que aprendamos a ser más tolerantes, más abiertos a las demás realidades para que no suframos de tanto etnocentrismo y sepamos aceptar las cosas tal cual son. La suerte que tenemos los que te leemos es que el impacto de esa realidad que en este texto describes tú consigues pasarlo por el filtro de tu corazón y nos haces entender de otra forma esa realidad.

    Un beso muy fuerte

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